De todos es sabido lo difícil que puede resultar para un escritor novato publicar su primera obra literaria, pero aún más difícil resulta ignorar los "cantos de sirena" de ciertos personajes que tratan de aprovecharse de aquellos que quieren publicar pero no conocen todos los entresijos del mundo editorial.
De la misma manera que ocurre con los agentes literarios aprovechados, de los que ya hablé en una anterior entrada de este blog, últimamente se han puesto de moda las editoriales que llevan a cabo prácticas muy similares. Acceden a páginas en las que nos solemos juntar muchos aspirantes a escritor o escritores aficionados, donde recopilan todas las direcciones de email que pueden. Después, envían emails a sus dueños, ofreciendo sus servicios.
Es el caso de una editorial con la que tuve oportunidad de tratar la semana pasada, llamada "Concepto Grupo Editorial", que se ponía en contacto conmigo alegando que consideraban los escritos que tengo colgados en yoescribo.com perfectamente publicables. Esta afirmación podría ser capaz de elevar el ego y la autoestima de cualquier aficionado a la escritura, salvo por el hecho de que la mayor parte de lo que he colgado en yoescribo.com no supera las cinco páginas.
El email que recibí, en dos direcciones distintas, una la que puede encontrarse entre los comentarios de este blog y otra que figura en mi ficha de yoescribo.com, incluía la url de la web de la editorial, a la cual acudí raudo y veloz, aunque no esperaba nada más allá de lo que al final encontré: autoedición. Según la página, sus servicios se centran en la "Edición de autor" (eufemismo preciosista para referirse a la autoedición) y la "Edición corporativa", es decir, imprimir catálogos de productos y panfletos publicitarios para empresas. Inmediatamente, redacté un educado email en el que dejaba claro que no me interesaba la autoedición, pero que me interesaba saber más de ellos.
Recibí respuesta en un día. En el nuevo email, me indicaban que la autoedición no era la única opción, y que también se dedicaban (oh, sorpresa) a la coedición. En un último comentario, daban a entender que en casos muy concretos, incluso costeaban ellos la edición completa. Animado por esto último, decidí escribir un nuevo email, en el que dejaba claro que la coedición tampoco entraba en mis planes, pero que aún quería conocer sus otros medios de edición y su forma de trabajo. Una semana después, todavía espero una respuesta. Qué curioso resulta ver que cuando he rechazado tanto la autoedición como la coedición, ya no me respondan, a pesar de que, según ellos, en ocasiones costean toda la edición. Si los textos míos que han leído son tan buenos como dicen, ¿no lo son también para que ellos costeen la edición? Tal vez porque nunca tuvieron intención de hacer semejante cosa, y esperaban que alguien sin experiencia literaria (léase experiencia como "libros publicados") no conociera el mundo literario y considerase que eso de pagar por publicar debe de ser lo normal.
Yo no tengo nada en contra de las decenas de autores que, conscientemente y sabiendo que hay otras opciones, deciden autoeditarse o coeditar y buscarse la vida vendiendo los libros como buenamente pueden. Lo que no soporto es a esa manada de buitres que rondan a los escritores primerizos, haciéndoles creer que van a ser la nueva sensación de la temporada y que pagar por publicar es lo más normal y lo que todo el mundo hace. Si es tan normal, ¿por qué en lugar de ir a por Jorge Urreta, vuestro humilde servidor, o cualquier otro autor sin nada publicado, no van donde Arturo Pérez-Reverte o Antonio Gala y les venden lo mismo? Seguro que las novelas de tan insignes autores son más vendibles que las mías. ¿Por qué? Porque cualquiera de esos dos autores u otros, aun los no publicados, que sepa de qué va el tema, les mandaría, con cajas destempladas, a tomar por donde amargan los pepinos.
Sé que habrá quien vea algo de paranoia en estas palabras o incluso algo de manía persecutoria, pero en el poco tiempo que llevo en esto de buscar editorial (llevo más escribiendo, pero sólo un año y medio buscando activamente) he visto tantos "lobos con piel de cordero", que se hace difícil confiar.
Por último, aunque no tiene que ver directamente con el tema de esta entrada, voy a hacer algo que los que seáis asiduos lectores de este blog, sabréis ya que no suelo hacer: comentar un comentario que he recibido.
Hace un mes y pico, publiqué un nuevo relato en el blog, "¿Quién dijo que era difícil ganar la lotería?", el cual me ha ganado un comentario de una persona, de nick "Derian", que me acusa, según sus propias palabras, de estar "obsesionado por el palabra mercantilizada y la hoja impresa". Pues bien, ya que se me acusa, me defenderé: señor Derian, siento que piense eso, pero siento también que no haya leído ni la décima parte de este blog (seguramente sólo leyó usted el relato). Si hubiera leído algo más del blog, sabría que desde que empecé a escribir, hace ya cinco años (sí cinco años), he finalizado SIETE novelas, las cuales nunca dejé de escribir, a pesar de que no sabía si las iba a publicar y durante mucho tiempo, ni siquiera me atreví a enseñarlas. He escrito cosas que han sido leídas por gente profesional, y rechazadas porque la temática no era de las que actualmente están de moda, a pesar de que mi estilo de escritura ha sido valorado positivamente en esos casos. ¿Es eso estar obsesionado por la palabra mercantilizada? Si fuera así, ¿no cree que estaría escribiendo novelas fantásticas, históricas o policíacas, los géneros de moda? Una cosa le voy a decir, amigo Derian: que usted escriba poesía (he estado en su blog), ese género algunas veces idealizado hasta límites absurdos, y yo no, no me convierte en peor escritor que usted, por mucho asco (palabra que estaba totalmente fuera de lugar en su comentario) que pueda darle.
Pido perdón a todos los poetas si se han sentido ofendido por mi último comentario, pero también he conocido personas sin el más mínimo talento para la escritura que se creían mejores que yo porque escribían "poesía". A todos los demás, no dejéis de escribir. Y a los que no escribís poesía, seguid escribiendo lo que escribáis, aunque sólo sean las etiquetas del champú. Mientras lo hagáis con convicción y buscando tanto la calidad como ayudar a los demás, aunque sólo sea a pasar un rato agradable, tendréis siempre mi respeto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Echemos la mano al cuello de las seudoeditoriales o "editoriales de coedición" o como se diga. Que salgan todas y que se conozcan y que las repudiemos.
Tampoco es eso de repudiar a las editoriales de autoedición o coedición, ya que es la salida que muchos escritores quieren y son un medio de ver su libro impreso, cosa que les hace felices Eso cuando saben lo que están haciendo, claro, porque sí es cierto que deberían dejar muy claro cuáles son sus servicios. Al fin y al cabo, el autor paga por unos servicios (que se suelen resumir al de publicación y punto), y como cualquier empresa, debe ofrecerlos. Por tanto, sí que deberían dejar claro qué ofrecen. Lo demás... pues es lo de siempre, una empresa necesita clientes y tiene que buscarlos.
Me parece muy bien lo que has hecho, Jorge. No es buscarles las cosquillas, es simplemente hacer que la "publicidad engañosa" que utilizan, deje de serlo.
Y sobre tu "obesión por la letra impresa", pues qué decir que no sea decir que estoy de acuerdo contigo. Hay muchos escritores que dicen que escriben para sí mismos, que no necesitan ser leídos, pero no sé si hay un puntito de hipocresía en esos comentarios. Para mí, el fin de la escritura se ultima cuando alguien que no eres tú mismo ni son tus allegados te leen. Y no te leen por casualidad, sino que eligen leerte.
Además, nosotros nos hemos educado con los libros, por tanto, no es muy difícil pensar que también ver nuestra obra publicada sea otro de nuestros fines a la hora de ponernos a escribir.
Así que no creo que sea obsesión por la letra impresa, sino que simplemente es la necesidad natural de llegar al fin cuando uno comienza algo. Nada más lógico (ni más difícil de conseguir, ánimo!)
http://community.livejournal.com/fertextos/
Publicar un comentario