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viernes, septiembre 22, 2006

Pequeña actualización

Hoy me siento con ganas de echar la vista atrás, ya que no puedo, al menos de momento, adelantar noticias sobre lo que comenté en mi anterior post. Tiempo al tiempo y paciencia.

El caso es que hace un par de días, mientras pensaba en la posibilidad de publicar, empecé a recordar cómo, casi de la manera más tonta, empecé a escribir mi primera novela, la que ahora está en un posible proceso de publicación.

En realidad comenzó como un reto, quería ver si era capaz de escribir algo largo. Al principio me costó un poco, como a todos (supongo), pero poco a poco me fui soltando y al final acabé con un "tocho" de casi 400 páginas. Para más inri, es lo más largo que he escrito hasta el momento, aunque con eso no quiero decir que lo que he escrito después, que ha sido bastante, sea peor, pero no puedo negar que aquella primera novela superó todas mis expectativas.

A día de hoy, he escrito un total de cinco novelas, una serie de historias cortas como para formar un sexto libro y estoy en proceso de escribir otra novela más, aparte de que tengo un montón de ideas, todas anotadas en documentos de Word o en papeles varios, para escribir como otras siete u ocho novelas. Vamos, que mis neuronas no paran. Sólo me queda que, aparte de mis ideas, mi estilo y mi forma de contar historias gusten y ya estaría todo encaminado.

De todos modos, a pesar de ver más posibilidades que hace cuatro años, cuando empecé esa primera novela, tengo la paciencia más entrenada. Ya he pasado por el mandar cosas a editoriales y que ni siquiera te respondan o el presentarse a premios literarios (de los que cada día me convenzo más de que siempre están concedidos de antemano), por lo que ya he tenido que pasar antes por periodos de espera, más o menos largo, y llegar a casa cada tarde del trabajo con la esperanza de que haya una carta o un e-mail de una editorial. Eso no quita que, en caso de que llegue a publicar, no empiece a dar saltos de alegría o a gritar como un poseso el día que se confirme, pero ya he aprendido a tomármelo con calma.

Mientras tanto, yo sigo con mis historias. Cuando termine lo que estoy haciendo ahora, tengo pensado escribir algo corto, para despejar la cabeza, y probablemente acabe publicado en este blog y en yoescribo.com, como siempre.

Una última cosa antes de terminar: Si escribís y queréis tener la posibilidad de llegar a la gente, no puedo dejar de recomendaros yoescribo.com. He de reconocer que cuando publiqué ahí mi primera historia, no pensé que la pudiera leer mucha gente. La publicité un poco, con este blog y en los foros de yoescribo.com, y después de un año, me sorprende que sigue estando entre las obras más descargadas de su categoría (novela negra). Gracias a esa página estoy ahora soñando con la posibilidad de publicar, y veo que merece la pena. Aunque no me publicaran, me han dado la posibilidad de llegar a mucha más gente, y eso esatá muy bien.

Pues nada, eso es todo por hoy. A ver si la próxima vez puedo dar más noticias.

martes, septiembre 12, 2006

Nuevas noticias

Saludos a todos.

Siento haber dejado tan olvidado este blog, pero diversas circunstancias personales y algún que otro problema me han alejado de él. De hecho, últimamente no he escrito demasiado debido precisamente a esos mismos problemas, aunque recientemente he vuelto a hacerlo más o menos con la misma asiduidad que antaño.

Los que aparte de este blog seáis también habituales del blog amigo http://diarioescritor.bitacoras.com tal vez hayáis reparado en un comentario que dejé ayer mismo en el último post de dicho blog. Para los que aún no lo hayan leído, he aquí un pequeño resumen:

Si las cosas no se tuercen y la suerte me sonríe del todo (de momento, ha esbozado una pequeña sonrisilla) es posible que en un futuro, aún por determinar, deba cambiar el nombre de este blog o tal vez crear uno nuevo. Hace unos pocos días, recibí un email procedente de una persona que se presentaba a sí misma como agente literario, escritor y editor. Decía que había visto mis obras en yoescribo.com (sabía que hacía bien subiéndolas) y me solicitaba algún manuscrito que tuviera finalizado y un resumen de mis otros proyectos, en caso de que los tuviera. Adjunto al mensaje, llegó un documento de Word con información detallada de dos de los autores a los que representa y sus datos de contacto, para que pudiera pedirles referencias si lo deseaba.

Como es lógico, mi reacción inicial fue una mezcla de ilusión (nunca antes un agente se había puesto en contacto conmigo y no a la inversa) y de cierta desconfianza, motivada por las malas experiencias del pasado. Inmediatamente, me dispuse a verificar que la información fuera cierta y que dicha persona fuera quien decía ser (o por lo menos lo pareciera). Busqué en Google su dirección de correo y di con la página de la Agencia Española del ISBN, dependiente del Ministerio de Cultura, en la que aparecía dicha dirección, asociada a una editorial existente, curiosamente situada en un pueblo cercano a donde yo vivo. Esa fue la primera buena señal.

La segunda buena señal fue el email que recibí de uno de los autores que el agente había citado como referencias (el otro aún no me ha contestado). Confirmaba que conocía a la persona de la que le hablaba y que confiaba en él como agente, después de haber publicado con él su primera novela y estar actualmente moviendo la segunda por varias editoriales importantes.

Mi reacción no tardó en llegar y ayer mismo envié al agente una de mis novelas (concretamente la primera que escribí), junto con su sinopsis y un breve curriculum literario. Antes de que alguien lo comente, envié un manuscrito que tengo registrado, que nunca hay que bajar la guardia. De todos modos, la razón principal de que enviara precisamente ese manuscrito es que me siento muy orgulloso de él y es significativo de mi estilo como escritor.

Ahora ya sólo queda esperar pacientemente. Como esta historia podría llegar a truncarse o no llegar a buen puerto, no voy a dar más detalles de momento. Esa es la razón por que todavía no le he puesto nombres. Después de unas cuantas malas experiencias y de haber tratado con gente que, en la mayor parte de las ocasiones, ni responde, te hace ser más cauteloso con el tiempo. Aunque no puedo dejar de pensar que esta vez me han llamado a mí y no soy yo el que ha llamado. Eso tiene que significar algo, ¿no?

Y ya que hablamos de gente que llama y gente que no llama y cosas así, me surge una pregunta a la que he dado muchas vueltas en también muchas ocasiones. Yo entiendo que si una editorial no admite que se le envíen manuscritos no solicitados, no responda a éstos o que acaben en el cubo de la basura o como combustible para una chimenea. Lo que no entiendo es que haya editoriales (y he visto y sufrido ya unos pocos casos) que anuncian a bombo y platillo en su web que quieren que se les envíen manuscritos, pero que luego no responden nunca a algunos de ellos, ni siquiera con un simple acuse de recibo, que no resulta tan complejo. Y no estoy hablando de que no te hayan respondido después de dos o tres meses, que es más o menos la media de tiempo para recibir alguna respuesta, según mi experiencia, sino que pueden haber pasado siete u ocho meses sin que nadie se digne a decirte nada, ni siquiera si han recibido el manuscrito.

Hay que ver lo a gusto que se queda uno. Tenía ganas de soltar eso desde hace tiempo.

Bueno, esto... esto..., esto es todo, amigos. Espero que la próxima vez no pase tanto tiempo.