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martes, febrero 03, 2009

¿Maravillas? de la autoedición

Supongo que de la misma manera que yo, muchos de los que también os dediquéis a la escritura, a uno u otro nivel, habréis recibido en los últimos días un correo con un artículo en el que se nos habla de las ventajas de la autoedición, remitido (como no podía ser de otra manera) por una persona que trabaja en una "editorial" de autoedición. No creo que haga falta explicar por qué pongo la palabra editorial entre comillas.

Reproducir el mensaje en este blog supondría alargar este post de una manera bastante exagerada, por lo que he ideado un sistema (ventajas de currar en informática diseñando webs) para que podáis ocultar o mostrar el texto a voluntad.

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En el mencionado artículo, principalmente se nos habla de lo bien que puede resultar una obra autoeditada, de cara a ser "descubierto" por las grandes multinacionales de la palabra escrita y, como no, se nos muestra el caso de una escritora norteamericana que acabó "montada en el dólar" de esa manera. Pues bien, pasemos a analizar el artículo y, sobre todo, las "joyitas" que va dejando caer poco a poco:

1) Habla de editoriales que han publicado 13.000 títulos en 2008, mientras que más abajo, reconoce que la media de ejemplares vendidos de libros autoeditados es de 150 por título. ¿No basta eso para ver definitivamente que el beneficio de la autoedición ha sido, es, y seguirá siendo de la editorial? Pongamos un ejemplo simple: 13.000 títulos multiplicados por 150 ejemplares son 1.950.000 libros vendidos por una única editorial. Supongamos un precio de $20 y que, como es autoedición, el escritor pudiera llegar a llevarse hasta el 70% del precio de portada (aunque no siempre es así). Estamos hablando de $6 por ejemplar vendido para la editorial, es decir, de un total de (agarraos a la silla) $11.700.000 por año para la "editorial". Con semejantes cifras, ¿quién se va a preocupar de la calidad de los libros, sabiendo que a poco que se vendan, se forran sin preocupación?. Y no olvidemos otro detalle: además de las ventas, la editorial previamente ha cobrado al autor, y siempre se le cobra más de lo que realmente va a costar la edición del libro. Beneficio seguro, y en muchos casos, autor contento, al tener su obra en tapa dura.

2) Volviendo al caso que usa de ejemplo, el de Lisa Genova, se menciona que las editoriales grandes parecen estar haciendo caso a los libros autoeditados, por si encerrasen pequeñas joyas no descubiertas. Suponiendo que eso fuera así (lo siento, pero dudo mucho que un gran editor o agente literario compre muchos libros autoeditados), parece que el autor del artículo ha olvidado mencionar que está hablando de Estados Unidos, donde, como menciona al principio, se publicaron o distribuyeron 480.000 títulos en 2008. Con que sólo un 1% de los autores (suponiendo un autor distinto por cada título) fuera "descubierto", estaríamos hablando de 4800 descubrimientos, que suponen un 6,4% de los 75.000 títulos que se estima se publican de media al año en España. Lo siento, pero aparte de que no son extrapolables a España las cifras de un país con 250.000.000 de habitantes, ni siquiera me creo que un 1% de escritores autoeditados (en Estados Unidos o España) pudieran ser descubiertos al año. Muchos de los que hemos enviado alguna vez un texto a una editorial o agencia literaria sabemos bien que una de las respuestas estándar es "Lo sentimos, pero tenemos todo cubierto con los autores que ahora llevamos". ¿De verdad alguien pretende hacernos creer que esos mismos editores o agentes recorren páginas como las de Lulu o Bubok en busca de joyas autoeditadas? Anda ya...

3) Todos los que hayáis seguido este blog sabéis lo que opino de la autoedición y la coedición. Si de verdad os sobra el dinero y vuestra idea no es la de vender vuestros libros como lo hacen los Pérez-Reverte, Mendoza, King, Larsson (QEPD), etc., no me opongo a que os autoeditéis, siempre siendo conscientes de lo que implica, pero no esperéis que la obra llegue a más que vuestros amigos y familiares, y tal vez vez algún internauta despistado, en el caso de que la anunciéis en un foro. Aquellos a los que os estén llegando los cantos de sirena de articulistas como quien escribió este tratado sobre la autoedición, o los publicistas de Lulu o Bubok, pensadlo dos veces. Es mejor esperar y, si la obra lo vale, publicar en una editorial tradicional, aunque sea pequeña y poco conocida, que autoeditar. Pensad en otra cosa: si vuestro objetivo es vender libros (tan válido como cualquier otro), ¿de verdad pensáis que la mayoría de lectores de este país van a acudir a una librería online? La mayor parte de la gente que compra libros, sigue prefiriendo pasear por los pasillos de una librería, auque sea la de un gran centro comercial, y palpar los libros. A otros les da miedo comprar en Internet y dar los datos de la tarjeta de crédito o la cuenta bancaria, y a otros, simplemente les da pereza o no saben cómo hacerlo.

Y para los que queráis compartir vuestros textos con todo el mundo, aparte de ventas, ediciones y demás, existen blogs, redes sociales, páginas de escritores y miles de opciones por las que no hay que pagar absolutamente nada. La autoedición, y la publicidad que sobre ella se hace, por regla general, no es más que un cúmulo de cantos de sirena y cifras que, por muy grandes que sean, sólo benefician al editor. Que una editorial metida en estas prácticas venda 300.000 libros en un año sólo me dice que la autoedición es un gran negocio para el editor, pero no dice nada ni a favor ni en contra de los autores, que, en definitiva, deberían ser lo más importante. El activo más importante de una editorial lo conforman sus autores, sin los cuales no hay libros que vender, ni calidad que publicitar.