eXTReMe Tracker

miércoles, abril 11, 2007

¿Qué es realmente ser escritor?

Leyendo el blog de mi nueva "amiga" Maritornes (espero que no estar
tomándome demasiadas libertades con lo de "amiga") en
http://corteycorreccion.blogspot.com/, se me ha ocurrido incidir en el tema
de la coedición y, por cercanía, en la cantidad de personas que hay por
estos mundos que se consideran "escritores", sólo por saber juntar palabras
con más o menos significado.

Más de uno y más de dos se estarán rasgando las vestiduras en estos
momentos, pensando cómo puede ser que mi menda, un "escritor" que, salvo
este blog y algunos relatos online, no tiene nada tangible (osea, en papel)
publicado, pueda permitirse el lujo de criticar a otros en parecida
situación, pero es que algunos ejemplos claman al cielo.

Las editoriales de coedición y/o autoedición están siempre desbordadas de
trabajo, y en muchos casos, se debe a la gran cantidad de personas que se
consideran escritores. Yo me pregunto: ¿qué es ser escritor? ¿Llenar hojas
con palabras? ¿Saber juntar palabras en frases coherentes? ¿Contar historias
interesantes o simplemente divertidas? ¿Tener algo que contar y plasmarlo
por escrito? La respuesta a todas las preguntas, creo que es la misma: sí y
a la vez no.

Considero, en mi inmodestia, que se me ha dotado con cierta habilidad para
juntar palabras de una forma más correcta que el común de los mortales,
aunque muchos hay y muchos más surgirán en el futuro que me dan mil vueltas.
Pero no me considero escritor porque sepa escribir correctamente, que eso lo
puede aprender cualquiera, sino porque, además de que me gusta escribir,
pero, aún más importante, escribir CORRECTAMENTE, tengo una imaginación que,
desde pequeño, otros han considerado muy activa, lo que me lleva a querer
contar historias. El caso es que, si sólo hubiera querido contar historias y
no supiera escribir, me hubiera encontrado en la situación de muchos otros,
escribiendo auténticas burradas llenas de faltas de ortografía o
incongruencias bestiales, sólo por el hecho de contar historias.

Tan mal escritor (al menos de ficción) puede ser el que sabe qué quiere
contar pero no tiene ni idea de redactar correctamente, como aquel que,
siendo en algunos extremos incluso pedante, escribe con una corrección
supina, pero tiene menos imaginación o inventiva que un zapato de tacón. O
aquellos cuya única obsesión es llenar y llenar páginas, que sólo sienten
que son escritores cuando dicen orgullosos que han escrito una novela de 600
páginas, aunque luego sea más ladrillo por su contenido que por el peso de
los folios que han usado para imprimir el manuscrito.

No voy a negar que yo, personalmente, cuento las palabras que he escrito al
final del día, aunque se debe más a costumbres adquiridas en el pasado. Hace
tiempo que me planteé escribir algo cada día, incluso llegando a marcarme un
límite mínimo. A día de hoy, escribir me resulta tan fácil en comparación
con cuando empecé, que el número de palabras es meramente anecdótico. Pero en
un mundo en el que una editorial me rechazó un manuscrito porque ellos "sólo
publican textos de más de 400 páginas", no me extraña que surjan obsesiones
por el número de palabras que se escriben o porque escribir sea sólo juntar
y juntar palabras. Por cierto, yo no soy un experto en maquetación, pero
alguien debería explicarle a la persona de la editorial que me rechazó, que
400 páginas maquetadas no son lo mismo que 400 páginas en A4. Lo gracioso
del tema es que el manuscrito que envié era de algo más de 200 páginas en A4 (eso
sí, con interlineado doble), medida considerada más o menos estándar. De
hecho, si no recuerdo mal, el mínimo que habitualmente exigen en gran
cantidad de premios literarios, incluido el denostado Planeta, suele ser de
150 páginas en A4 a espaciado doble.

En conclusión, al menos en lo que a ficción se refiere, no vale todo, aunque
uno pague por ello. Todos hemos tenido alguna vez en nuestras manos un
libro, sea de un escritor reconocido o un novato, que nos ha dado dolor de
ojos y de corazón leer, por lo mal escrito y/o corregido que estaba. Libro
que, en muchos casos, sólo ha visto la luz por motivos económicos, bien que
alguien haya pagado por él (el propio autor, una fundación muy
filantrópica...) o bien que alguien considere que va a ganar mucho con él.
Tal vez sea una manía mía, que me lleva a leer al menos una vez más cada
artículo que escribo aquí o los que publico en foros en Internet, aunque sea
un foro de cocina o de informática, pero escribir es algo más que juntar
palabras. Y el que escriba habitualmente y después de terminar una
determinada frase, haya tenido esa placentera sensación de haber dado con la
metáfora perfecta que arrancará una sonrisa al lector, sabrá a qué me
refiero.

Jorge dixit (y Pixit, como decía la Ministra de cultura)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo, señor escritor, que, aunque usted sepa unir palabras, le falta un mucho de talento y otro tanto de vocabulario de paladar.

Jorge Urreta dijo...

Bien, cada uno es libre de tener una opinión y nada hay más subjetivo que eso. Pero de todos modos, señor anónimo (por cierto, los buenos críticos tienen el valor de identificarse), si por "palabras de paladar" entiende usted que mi artículo no era lo suficientemente pedante para su gusto, lo siento, pero no creo que dicho artículo mereciera semejante tratamiento. Además, este comentario me ha salido medio en rima, va a resultar que sí debo de ser un poco pedante.

JoseMSGamboa dijo...

Pues estoy completamente de acuerdo contigo, Jorge. Por mi parte hace algún tiempo que dejé de plantearme si soy o no soy escritor. Como en otras profesiones a veces un título que diga a efectos teóricos que eres algo no basta. Se tiene que demostrar y en nuestro caso, creo que los único s que tienen capacidad de juzgar si somos o no somos escritores, son los propios lectores. Habrá de todo, los que digan que sí y los que digan que no. Lo importante para mí es que hago lo que me gusta y si encima gusta a otros mejor que mejor. Con esto - aunque suene contradictorio - no digo que no me interese publicar. Visto lo que corre por el mundillo literario, te da por pensar que si algunos bodrios ganan un dinerillo, por qué no puedes ganar tú algo con un bodrio (o no) propio. ¿interesado? Sí, puede ser... Según se mire. Lo cierto es que aún sin publicar nada, no quiere decir que dejara de escribir. Si eso es ser escritor, aquí tienes a otro.

Saludos y un abrazo.

El predicador y su seis tiros dijo...

Estimados colegas y anónimo, quien por cierto seguramente ha realizado su comentario como tal por vago o por inepto, al no encontrar otra forma de publicarlo. La idea de la ocultación es tan patética que no llegaremos a considerarla en lo más mínimo.
Mi opinión al respecto es simple: eres escritor, cuando alguien lee lo que escribes, independientemente de si lo plasmado en el medio relevante sea bueno, malo, estrambótico, o infumable. Ni más ni menos. Lo demás son calificativos que se alejan de la descripción. Escritores mediocres, excelentes, sublimes, imberbes, talludos, infames o rastreros, pero escritores al fin y al cabo.
Por supuesto, esto considera el indispensable requisito de escribir una obra original (usease, propia). La gentuza que se vale del esfuerzo ajeno tiene otro nombre: ladrones. Por no usar apelativos más sangrantes.